Este libro está dedicado a lo que ha sido reprimido. Comienza en 1965, con uno de los primeros llamamientos a favor del retorno del arte a África, y termina en 1985, en la Isla de los Museos de lo que entonces era Berlín Este, cuando la Nigeria no alineada debutó con una exposición de sus tesoros arqueológicos en el Museo de Pérgamo, sólo para, tras dos décadas de luchas posteriores, perder toda esperanza de restitución. El libro es el primer intento de escribir la historia coherente de un fracaso poscolonial a partir de la profusión de material sobre él disperso en innumerables archivos europeos y publicaciones africanas. Se trata de un fracaso compartido, recordémoslo, pues la negativa a restituir a los países africanos en las primeras décadas de su independencia no fue en absoluto un capítulo glorioso de la historia europea.