La Constitución de 2008, redactada fuera de los moldes del constitucionalismo tradicional, representa un momento de actualización e innovación del pacto social. Incorpora avances del constitucionalismo garantista europeo en cuanto al sentido teleológico del Estado y el papel de los derechos y su garantía como límites del poder. Refresca instituciones jurídicas como el concepto de soberanía al incorporar las nociones de soberanía económica, alimentaria, ecológica. Innova la estructura de los derechos, a partir del concepto de Buen Vivir, y reconoce nuevos derechos, entre ellos, los derechos de la naturaleza.
Este libro propone una lectura de estos últimos en cuatro tiempos. En el primero se precisan los sentidos axiológicos, que conlleva la construcción histórica de la cultura antropocéntrica de Occidente y sus disidencias a favor de la naturaleza. El segundo tiempo es el de los compromisos internacionales de protección del medio ambiente, que no se cumplen porque el modelo económico es incompatible. El tercero comprende la construcción de reglas internacionales y locales que vinculan tanto a Estados como a ciudadanos en la protección del ambiente deteriorado por la actividad humana. Finalmente, el tiempo de la construcción de nuevos compromisos sociales, fundamentados en la recomposición de los sentidos axiológicos y teleológicos de la cultura, la política, el orden social y el derecho, lo que origina un nuevo pacto entre Estado, sociedad y naturaleza.