Gustavo Solórzano-Alfaro*
En 1830 llegó a Costa Rica la primera imprenta. El primer libro que vio la luz fue Breves lecciones de aritmética, de Francisco Osejo. Para 1834 ya circulaban dos diarios de contenido político. También fueron importantes los textos históricos; sin embargo, durante las primeras décadas de producción impresa se mantuvo la tendencia del periodo colonial y, más que libros, se publicó sobre todo material religioso y didáctico de tono moralizante (en folletos, volantes o revistas), como cabría suponer. Luego, la industria editorial floreció en nuestro país de modo similar a otras regiones del continente y a otro tipo de empresas, con gran impulso por parte de las políticas liberales de fines del siglo XIX que repercutieron hasta bien entrado el siglo XX. Diferentes imprentas dieron a conocer los clásicos y el mundo de las letras nacionales empezó a desarrollarse, en parte gracias al modelo de autopublicación.1
A mediados del siglo anterior, el panorama político costarricense empezó a transformarse notoriamente con la fundación de la Segunda República (1949), que dio un fuerte impulso a un estado benefactor y a políticas e instituciones públicas que aún hoy se mantienen (pese a los embates de las corrientes económicas en boga). Durante los años 40 surgieron las primeras editoriales privadas, al amparo de organizaciones políticas. Todo esto significó un giro en la producción de libros que, eventualmente, volvió a transformarse con un papel muy sólido por parte del Estado, el cual desde 1959 cuenta con la Editorial Costa Rica (ECR), la casa editorial estatal, creada por ley.
En aquel contexto que dio paso a la Segunda República, la educación superior se vio fortalecida. De este modo, había nacido primero la Universidad de Costa Rica (UCR, 1940), cuya editorial se fundó en 1977. Posteriormente, se crearon el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR, 1971), la Universidad Nacional (UNA, 1973), la Universidad Estatal a Distancia (UNED, 1977) y más recientemente la Universidad Técnica Nacional (UTN, 2008). Cada una de estas casas de enseñanza superior cuenta con un sello editorial, a saber: Editorial Universidad Nacional (EUNA, 1976), Editorial Tecnológica (ET, 1978), Editorial Universidad Estatal a Distancia (EUNED, 1979) y Editorial Universidad Técnica Nacional (EUTN, 2013).2
Estas editoriales universitarias, por supuesto, conviven en un ecosistema que incluye a las editoriales privadas, desde las más pequeñas, llamadas independientes, hasta las más grandes, tanto nacionales como internacionales. Entre el 2010 y el 2018, uno de cada tres libros publicados en Costa Rica fue editado por dichas editoriales universitarias. Para el año 2018, la producción de los sellos universitarios alcanzó el 45 % de la producción total. La producción de libros nuevos por parte de las cinco editoriales universitarias públicas ronda los 200 títulos anuales, cuyo conjunto constituye la mayor producción de Centroamérica.
Sin embargo, pese a sus fortalezas, el sistema de editoriales públicas siempre ha enfrentado diferentes retos y amenazas. Las más recientes, la crisis sanitaria del 2020 y, en los últimos meses, el desabastecimiento mundial de la industria papelera, problemas que se suman a las dificultades para la difusión y la distribución.
Este escenario fue abordado en 2021 por las personas rectoras y directoras que conforman CONARE y EDUPUC, en un análisis que permitió trazar una hoja de ruta que contempla al menos tres ejes: uso de la tecnología y una discusión relacionada con el acceso libre de software y materiales, el fortalecimiento presupuestario y una mejora en la gestión financiera, junto con la profesionalización del sector editorial.
Así, con ese espíritu cooperativo y propositivo para imaginar estrategias de fortalecimiento fue que nació en su momento la comisión de Editoriales Universitarias Públicas Costarricenses (EDUPUC) del Consejo Nacional de Rectores (CONARE), una idea original del escritor Fernando Durán Ayanegui que se cristalizó en el 2008, gracias a las gestiones de la Universidad Nacional, que ostentó la presidencia de CONARE ese año. A su vez, EDUPUC es dependiente del Sistema Editorial Universitario Centroamericano (SEDUCA) y forma parte de la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe (EULAC).
Desde aquel 2008, y a lo largo ya de 14 años, EDUPUC se ha constituido en una red fundamental para la producción editorial costarricense y su visibilización internacional, a través de diversas iniciativas y proyectos, entre los que destacan las coediciones entre los cinco sellos editoriales.
El primer libro que apareció al amparo de esta comisión fue Sellos cerámicos de Costa Rica precolombina: fertilidad y estatus (2009), de Sigfrido Jiménez Regidor e Irene Alfaro Ulate. Otros títulos destacados del catálogo conjunto son El álbum de Figueroa. Un viaje por las páginas del tiempo (2011), de autoría varia; La frontera indígena de la gran Talamanca: 1840-1930 (2013), de Alejandra Boza Villarreal; la Colección Vicente Sáenz (seis volúmenes, 2013); La educación en Costa Rica de la época colonial al presente (2016), de Iván Molina Jiménez; Mapas de Costa Rica y América Central (2016), de José Alfredo Villalobos Quirós; El lirismo patriótico centroamericano. Himnos, nacionalismo e identidad (2018), de Leonel Alvarado y Alexander Bierig, entomólogo y pintor, de Luko Hilje, María Enriqueta Guardia y Floria Barrionuevo (2022).3
Junto con las coediciones, EDUPUC ha empezado a desarrollar sus ferias del libro, como las realizadas entre el 2018 y el 2019. Se espera que para el 2023 se pueda realizar una nueva feria que sirva como puente definitivo para la consolidación y expansión del modelo.
Para este 2022, el lema del Consejo Nacional de Rectores es “Por los territorios y las comunidades”, como una manera de evidenciar las políticas equitativas y solidarias que rigen los planes de educación superior, con el objetivo de beneficiar la mayor cantidad posible de personas a lo largo y ancho del país. De igual manera, ha decretado como interés fundamental las temáticas sobre poblaciones indígenas, de ahí que este boletín de agosto haya sido dedicado precisamente a dicha temática.
La educación superior y el medio editorial universitario son pilares fundamentales para el desarrollo de nuestras sociedades. Con esto en mente, EDUPUC continuará desarrollando sus ideas y proyectos, en busca de estrategias para dar a conocer la producción artística y académica nacional, con una próxima parada en la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni 2022) en Ciudad de México a finales de agosto y la próxima FIL Guadalajara 2022, a finales de noviembre.
* Escritor y catedrático costarricense, con una maestría en literatura latinoamericana y egresado del doctorado en estudios culturales de la Universidad de Costa Rica, donde ha sido profesor de literatura y teoría literaria. Desde el 2007 es editor de la Editorial Universidad Estatal a Distancia. Ha publicado 11 libros, entre los que destacan Nadie que esté feliz escribe (Nadar Ediciones, 2017) y La oscuridad intacta (edición y traducción de poemas escogidos de Dana Gioia, Pre-Textos,2020). Coeditó el volumen 20 sobre 21 Literaturas costarricenses del nuevo siglo: ensayos (ECR, 2021). Actualmente, es el coordinador de EDUPUC y forma parte de la mesa directiva de EULAC.
Notas
1 Véase la amplia producción bibliográfica del historiador Iván Molina Jiménez en torno a alfabetización, cultura impresa y políticas públicas, en títulos como Educando a Costa Rica (EUNED, 2003), La voluntad radiante (EUNED, 2004) o La estela de la pluma (EUNA, 2004). Esta breve nota de su coautoría, sirve como introducción al tema.
2 La fundación de los sellos editoriales fue en varios casos posterior al lanzamiento de los primeros libros. Por ejemplo, la Universidad de Costa Rica publicó su primer texto en 1942. La EUNED se fundó en octubre de 1979, pero su primer libro vio la luz meses antes. De igual manera, la Editorial UTN, cuyo sello se fundó en 2013, inició funciones desde el 2010.
3 EDUPUC no es un sello editorial en sí, sino una instancia de cooperación interuniversitaria, con el fin de potenciar y dar a conocer el trabajo de cada universidad, que suelen converger en proyectos comunes.
Referencias
Chavarría Camacho, D.; Iván Molina Jiménez y Diana Rojas Mejías (s.f.). “La edición en Costa Rica”,
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, https://www.cervantesvirtual.com/portales/editores_editoriales_iberoamericanos/edicion_en_costa_rica/
Molina Jiménez I. (2021). “La industria editorial costarricense”. Semanario Universidad, 10 de noviembre,
https://semanariouniversidad.com/opinion/la-industria-editorial-costarricense/
Monturiol Fernández Silvia (2021). “Editoriales universitarias trazan ruta estratégica ante retos impuestos
por la pandemia”. UNA Comunica, 26 de mayo, https://www.unacomunica.una.ac.cr/index.php/mayo-2021/3481-editoriales-universitarias-trazan-ruta-estrategica-ante-retos-impuestos-por-la-pandemia