Este estudio etnográfico conmueve porque el autor evidencia el asalto del petróleo a las vidas del pueblo cofán. A la vez que documenta las actividades de la corporación Texaco y el problema legal con Chevron, muestra las relaciones de este pueblo con el Estado ecuatoriano, las ONG y las agencias de desarrollo, entre otros actores. La obra también despierta admiración hacia la gente de Dureno porque Cepek no solo presenta la confrontación con la industria petrolera, sino que narra su adaptación a los desafíos globales y demuestra que el chamanismo, la cosmovisión y las costumbres siguen siendo fuerzas clave en su cotidianidad.