Walter Carlos Costa
Profesor, traductor e investigador en estudios de traducción y estudios literarios (UFSC / UFC / CNPq)
José Lambert, uno de los fundadores de la disciplina de Estudios de Traducción, suele decir que la traducción está en todas partes, en general de forma disfrazada. Prácticamente todas las acciones humanas dependen, en mayor o menor medida, de la actividad de traducción, desde la prensa a la industria cultural, desde un prospecto de medicina a un manual de computadora, desde los libros técnicos, científicos y de ciencias humanas a las obras literarias. A pesar de esto, las actividades relacionadas con la cadena de la traducción a menudo son invisibilizadas y sus profesionales suelen estar mal remunerados en la mayoría de los países.
Sin embargo, el estatus de la traducción y del traductor atraviesan una transformación radical en términos internacionales y nacionales. Aunque históricamente alabada por escritores y pensadores de todos los países y épocas, desde Cicerón hasta Nietzsche, la traducción comenzó a ser reconocida en los estudios académicos especialmente a partir de la década de 1980. Actualmente, gracias a los medios digitales, la traducción vive un verdadero auge: se ha expandido, democratizado, beneficiado a un número cada vez mayor de personas e incluye un número creciente de idiomas. Uno de los síntomas de esta transformación es la multiplicación del número de premios de traducción.
Según James F. English, “El asombroso ascenso de premios literarios y artísticos durante los últimos cien años es una de las grandes historias jamás contadas de la vida cultural moderna”. Esta historia se examina en detalle en su libro The Economy of Prestige: Prizes, Awards, and the Circulation of Cultural Value, publicado por Harvard University Press en 2008. Incluso en una historia detallada como la de English, el papel de los premios de traducción es mínimo.
En estudios más recientes, vemos la aparición sistemática de los premios de traducción, junto a otros incentivos como becas para traductores y apoyos a editoriales que publican traducciones relevantes. Estas medidas de apoyo a la cadena de traducción han sido tomadas por agencias gubernamentales, asociaciones culturales y asociaciones de editores. Académicos vinculados a la sociología de la traducción, como Pascale Casanova, Gisèle Sapiro y Johan Heilbron, inspirados en la obra de Pierre Bourdieu, se han dedicado a investigar lo que Heilbron denomina “sistema mundial de traducciones”. Este sistema involucra a un gran número de agentes, tanto en los idiomas que producen los textos de origen como en los idiomas que producen los textos de destino.
Cabe mencionar algunos premios de traducción en Brasil y en el exterior que muestran que tanto los organismos gubernamentales y culturales como la industria del libro han considerado el papel positivo de los premios en el fortalecimiento del número, la calidad y la diversidad de las traducciones y en la propia pujanza del sector editorial.
Brasil tiene importantes premios de traducción. Entre los más antiguos, cabe destacar el Premio ABL de Traducción, de la Academia Brasileña de Letras, y el Premio Jabuti. Otorgado por primera vez en 2003, el Premio ABL reemplaza un premio anterior dedicado a la traducción, el Premio Odorico Mendes, que existió hasta 1994. El Premio Jabuti, de la Cámara Brasileña del Libro, creado en 1958, premia tradicionalmente una traducción literaria o de ciencias humanas al portugués brasileño. A partir de 2017, el Premio Jabuti empezó a incluir el Libro Brasileño Publicado en el Extranjero, es decir, la traducción de obras brasileñas a otros idiomas.
Otros premios importantes son el Premio Literario de la Biblioteca Nacional, el Premio ABEU y el Premio de Traducción ABRALIC “Premio Boris Schnaiderman”. El Premio Literario Biblioteca Nacional, creado en 1994, incluye el Premio Paulo Rónai de traducción, en honor a uno de los pioneros de los estudios de traducción en el país. El Premio ABEU, de la Asociación Brasileña de Editores Universitarios, existe desde 2015 y premia un libro de traducción literaria o ciencias humanas publicado por editoriales universitarias a nivel nacional. Finalmente, el Premio de Traducción ABRALIC, que comenzó en 2019, premia dos obras literarias traducidas en Brasil, una en la categoría de Poesía y otra en la categoría de Prosa.
En el extranjero, existen numerosos premios de traducción, especialmente en países con una tradición editorial centenaria como Inglaterra, Francia, Alemania, España, Italia y Estados Unidos. Un lugar especial tienen los Países Bajos, donde el premio Martinus Nijhoff distingue a los traductores de obras literarias al neerlandés y del neerlandés a otros idiomas. Uno de los premiados fue el traductor August Willemsen, responsable de quizás las mejores traducciones de literatura brasileña a cualquier lengua. Otro lugar destacable tienen los Estados Unidos, donde los premios de traducción parecen pesar de forma significativa en la recepción de autores y obras, no solo en el mercado norteamericano sino en el mercado mundial. Esto es lo que parece haberle sucedido a Clarice Lispector recientemente, con la publicación de Complete Stories, según la investigadora Luana Ferreira de Freitas, en un artículo publicado en la revista Cadernos de Tradução. El libro formó parte del relanzamiento general de Clarice en inglés, concebido por Benjamin Moser, que reunió todos sus cuentos. La traducción, realizada por la joven traductora Katrina Dodson ganó el Premio de Traducción PEN 2016 y fue un éxito de crítica y público. El volumen, que no existía como tal en ningún otro idioma, propició el lanzamiento en Brasil de un volumen análogo y traducciones a varios otros idiomas, a menudo con la misma organización de portada y texto.
* Agradezco a Rosario Lázaro Igoa por su atenta lectura y sugerencias.