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La función y el papel del traductor en la edición universitaria

Germana Henriques Pereira, directora de la Editorial de la Universidad de Brasilia (gdesousa@unb.br)
Ana Alethéa Osório (anaalethea@unb.br)

En la década de 1960 y siguientes empezaron a ser creadas las primeras editoriales universitarias en el país, con proyectos editoriales vueltos para atender las funciones básicas de enseñanza, pesquisa y extensión: las primeras editoriales universitarias creadas fueron las de la Universidade de São Paulo, (USP) y la Editora Universidade de Brasília, en 1961.

En su concepción original, de órganos responsables por la selección, producción y divulgación del conocimiento, las editoriales también incluyeron entre sus políticas editoriales, en mayor o menor grado, proyectos vueltos a la traducción. Vistas como “inmunes a las presiones comerciales” – a pesar de ser capaces de generar ganancias considerables, a ejemplo de exitosas editoriales extranjeras universitarias, como Oxford University Press y Harvard University Press -, las editoriales se tornaron un verdadero triunfo de las instituciones académicas. Es en este contexto que la traducción ha ocupado una posición central como mediadora entre el conocimiento generado dentro y fuera del país, en todas las áreas del saber. Como afirma Hale, la existencia de editoriales universitarias

[…] trae tanto prestigio y credibilidad a la institución que la abriga cuanto medios de participar en el debate académico. A pesar de la publicación de traducciones, de naturaleza literaria o académica, no ser su actividad principal, editoriales universitarias aún así publican varias traducciones a cada año. También significativo, el prestigio de una imprenta universitaria puede ayudar a elevar el perfil de un determinado autor o escuela de pensamiento, asumiendo así un papel más grande en la reformulación de cánones. (HALE, 2011, p. 93, traducción nuestra).

Se escribió, de ese modo, un nuevo capítulo de la historia del libro en Brasil, con el nacimiento de instituciones que desempeñarían un papel importante, consolidando, por lo tanto, una existencia simbiótica y de fertilización mutua entre Academia y medio editorial que incluye también las editoriales privadas. No siempre el traductor estuvo destacado en ese proceso, sino, en algunos casos, como en las traducciones de la literatura clásica, los traductores se tornaron agentes de la legitimación de la calidad estética de las tradiciones.

No es de hoy que las universidades son granero de excelentes traductores, no solamente en la literatura, como también en los otros dominios del conocimiento, con énfasis en las Humanidades, si pensamos en la tradición de las editoriales universitarias brasileñas. A lo largo del período de formación exigido de los investigadores, que deben publicar artículos revisados por iguales en revistas y establecer redes internacionales de pesquisa y cooperación – pilares del método científico y de la construcción del conocimiento – finaliza dándonos como ganancias colaterales la formación de traductores especializados, con respaldo del medio académico. Ese proceso formativo produce cuadros excepcionales al medio editorial, incluso al sector privado. Se destaque que, no raro, la formación académica de esos traductores se da en el ámbito de las universidades públicas, y es profundizada en los programas de posgrado por todo el país, muchas veces, gracias a las becas de pesquisa financiadas por agencias públicas de fomento, como es siempre importante recordar en tiempos de recortes y desvalorización de la educación superior pública.

Esa dinámica se mantiene actualmente con innúmeras obras clásicas siendo retraducidas y actualizadas por nuevos traductores, que, en un proceso continuo de acumulación crítica de la recepción de las obras, ofrecen nuevas lecturas al público especializado o no. Se puede afirmar que traductoras y traductores se tornaron, con el tiempo, mediadores indispensables en la estructura editorial, desempeñando no solamente un papel de relación entre el ayer y el hoy, o entre lo familiar y lo raro, sino ocupando un entre-lugar de enunciación, en que actúa en varios campos a la vez.

Específicamente en el caso de la Editorial Universidad de Brasilia, el énfasis dado a la publicación de traducciones estuvo presente desde su génesis, como constató Leila Santiago Bufrem:

El proyecto de creación de la Editorial [de la] Unb prevé, en su artículo 13, que ella se destinará, entre otras finalidades, “a traducir al portugués y publicar las principales obras del patrimonio cultural, científico y técnico de la humanidad”. Esa finalidad fue cumplida con rigor. Gran porcentaje de la producción de la editorial es el resultado de traducciones de obras clásicas, en un nivel tan significativo que expuso su proyecto a fuertes críticas de la iniciativa privada. Sin embargo, la información considera que traducciones de profesores de la institución podrían sustituir con ventajas las traducciones de personas ajenas a partir de una tercera lengua intermedia entre la traducción y el original traducido, muy comunes en Brasil.

El diagnóstico de Bufrem refleja la coyuntura del siglo pasado, hoy ya no cabe la discusión sobre la importancia de las traducciones, puesto que no ofrecen posibilidades de arreglos. Por otro lado, actualmente, la Editorial UnB se vuelve también para la diseminación del conocimiento generado por el ambiente de investigación interna, así como ocurre con las demás editoriales nacionales, como una forma de contestar a las demandas de la sociedad. Tal hecho ocurre también con las nuevas editoriales creadas en los años de expansión del REUNI, que no sólo publican traducciones, sino actúan a favor de otro de sus propósitos, el de publicar resultados de investigaciones en la forma de ensayos, como forma de divulgar la producción científica, cultural y tecnológica de la propia universidad y de instituciones congéneres.

A pesar de grandes esfuerzos para cumplir ambas las demandas, interna y externa, las editoriales han abierto cada vez más su catálogo de publicaciones para las traducciones, aún consideradas como inversiones más seguras que producciones locales, no obstante la gran repercusión que obras de intelectuales y científicos brasileños han conseguido.

Como forma de equilibrar los altos costes de traducción y compra de derechos extranjeros, las editoriales universitarias nacionales son incentivadas por aparcerías en las coediciones, pero sobre todo por el patrocinio proveniente de instituciones nacionales, como los premios Jabuti de mejor traducción, de la Cámara Brasileña del Libro – CBL, y Paulo Rónai, de la Fundación Biblioteca Nacional, y por los apoyos internacionales, provenientes de embajadas que promueven la traducción y publicación de obras de sus países en Brasil, acicates esos ofrecidos en forma de becas, viviendas de traductores y apoyos financieros diversos.

El traductor relacionado con editoriales universitarias actúa como un intelectual cosmopolita, en la expresión de Pascale Casanova, importando y exportando conocimiento, pues ocupando una posición de enunciación, dominando a veces hasta más de una lengua extranjera, ese traductor-investigador promueve encuentros, reduce distancias, a la vez en que prima por fundar una escritura de ensayo, pero clara y próxima al texto de partida/original. Son muchos nombres que se podrían destacar aquí, de traductoras y traductores brasileños, que son mediadores del conocimiento, portadores de nuevos saberes, y reveladores de saberes marginalizados. En las luchas de identidad, traductoras y traductores activistas encuentran también lugar en las editoriales universitarias para divulgar nuevas rutas discursivas y nuevas formas de actuar en un mundo cada vez más opresivo, pero también cada vez más resistente a las innúmeras formas de poder; que reducen la libertad. Indígenas, negros y negras, personas LGBTQIA+, mujeres, activistas políticos, ambientalistas, encuentran en los traductores aparceros de construcción de un universo lingüístico más humano, más justo, más igual. En estos tiempos pandémicos, opresivos, vale decir “¡salve!” a las editoriales universitarias y a los traductores y traductoras que en ellas actúan.

 

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