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Las infancias y juventudes sí leen: una deuda editorial de las IES

Susana Báez Ayala
Coordinadora del Proyecto editorial: Kúrowi-Témari, Leer es sembrar futuro, colección de literatura infantil y juvenil de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

J. K. Rowling propone que: “las palabras son nuestra fuente más grande de magia y son capaces de dañar y sanar a alguien”; su célebre saga en torno a Harry Potter demostró que las infancias y juventudes tan solo se hallaban a la espera de narrativas que las interpelen, para apropiarse de los mundos ficcionales e integrarlos en sus entornos de vida cotidianos. El boom editorial provocado por esta autora requiere atención, en especial por parte de los proyectos editoriales de las Instituciones de Educación Superior en América Latina y el Caribe, ya que como público lector suele omitirse a estos grupos etarios, cuando las políticas públicas que cada país impulsa proponen favorecer la formación de hábitos lectores desde tempranas edades.

Podríamos objetar que existen proyectos de editoriales privadas como públicas que atienden a este sector lector, impulsados con amplitud en la década de los ochenta del siglo XX en adelante. No obstante, la mirada adultocéntrica al interior de las instituciones de educación superior (IES) poco o nada se ha ocupado de quienes más temprano que tarde serán su comunidad universitaria. Algunas IES comienzan en los albores del siglo XXI a focalizar a estos grupos etarios en su condición lectora, de donde surgen proyectos innovadores. Uno de ellos corresponde a la “Colección Kúrowi-Témari, Leer es Sembrar Futuro” de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), que con gran entusiasmo coordino; nace en el 2015 como un proyecto socialmente responsable.

 

A la fecha cuenta con trece títulos en donde colaboran autores/as regionales y nacionales tanto en el rubro de la creación como de la ilustración. Esta colección cuenta con un Comité Académico de especialistas en literatura infantil y juvenil, se somete al dictamen del Consejo Editorial de la UACJ, mientras que han pasado la mayor prueba: la de sus lectores infantiles y juveniles. Así, textos como Bestiario del desiertode Darío Rodríguez, ilustrador chihuahuense, ofrecen desde el género fantástico un acercamiento a la fauna y flora del desierto; La ciudad donde nunca lluevede Ricardo Vigueras con ilustraciones de Guillermo Sánchez (residentes de Ciudad Juárez), dibujan la experiencia de la protagonista del cuento al arribar a vivir en una zona desértica; mientras que La niña dinosauria, de Elman Trevizo (autor chihuahuense) se detiene en delinear a su protagonista como futura paleontóloga, interesada en la fotografía, los viajes y los dinosaurios.

A la par, Micaela Solís (Chihuahua), en su libro Dragoleón, dibuja el pacto cómplice de la madre y el hijo ante la experiencia del enamoramiento de una singular mascota: un camaleón. Elena Dreser (Morelos, México), en Capullito se detiene en la llegada de la recién nacida. Los dos libros más recientes: De hechizos y otras calamidades, de Antonio Malpica (Ciudad de México) y La rebelión de las muñecas, de Elpidia García Delgado (Ciudad Juárez), eligen a una niña empoderada como protagonista del relato, integrando identidades fortalecidas que rompen con el paradigma de feminidades sometidas a modelos patriarcales.

La colección es responsabilidad de la Dirección General de Comunicación Universitaria, a través de la Subdirección de Editorial y Publicaciones, a cargo del maestro Jesús Meza, el cuidado editorial recae en Mayola Renova y el diseño gráfico en la maestra Karla María Rascón González. Esta colección se distribuye de forma gratuita en comunidades en situación de vulnerabilidad social, a la vez en los canales de venta de la UACJ (librerías y ferias de libro).

Liliana Bodoc, autora argentina, creadora de la Saga de los confines, nos propone que hay literaturas espejo, que son aquellas que reflejan las realidades regionales; y, literaturas ventana que nos permiten allegarnos a otras realidades universales. De donde se desprende la urgencia de que las IES allanen la deuda que tienen con las infancias y las juventudes al no contemplar a la LIJ como una prioridad en sus proyectos editoriales y por tanto incumplir el mandato ético que las guía: ofrecer a sus comunidades proyectos culturales que fortalezcan a sus integrantes. Cierro esta reflexión destacando que la UNAM inició en el 2020 un proyecto de LIJ, a la vez que la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad del Estado de México.

Implementar una política de esta índole es urgente en el contexto de pandemia (esperemos pronto sea de pospandemia) en donde, como dice Michele Petit, se requiere transfigurar el horror (de lo cotidiano) en belleza (en la realidad literaria) creando un espacio de encuentro lúdico y epistémico desde las palabras entre las infancias y juventudes de Latinoamérica y El Caribe.

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