El estilo narrativo empleado por los autores no decepcionará al lector de libros de historia de la ciencia en general, aunque conserva todas las características de una obra erudita. Prueba de ello son los cientos de notas que remiten a fuentes históricas primarias y a bibliografía científica especializada sobre química, historia y filosofía de la ciencia. Evitando mostrar la historia de una sucesión de genios individuales, la narrativa desarrollada en este libro hace hincapié en la discusión de conceptos y doctrinas, instrumentos de laboratorio, materiales, procesos, instituciones y cursos a lo largo de dos milenios, desde la época de los alquimistas alejandrinos hasta finales del siglo XX. Destaca, por ejemplo, la descripción de los impactos socioeconómicos de las ciencias químicas en los últimos 200 años.