El turismo y las áreas protegidas son expresiones de una ofensiva capitalista contra los últimos territorios con naturaleza virgen y culturas autóctonas. Son dos fenómenos entrelazados que reflejan los deseos y preocupaciones de las sociedades contemporáneas, progresivamente industrializadas, que se desplazan desde las ciudades al campo en busca de felicidad, evasión, reconexión con la naturaleza, y el encuentro con otros ambientes y culturas. Este libro se acerca a estas dos grandes manifestaciones planetarias desde la ecología política. Mientras lo hace, dimensiona la magnitud de la industria de los viajes y expone las paradojas del movimiento ambientalista, que primero observó con indignación la creciente destrucción de los hábitats naturales y confrontó al capitalismo, y después se apoyó en él para salvaguardar la naturaleza.